Tu dulzura me enseñó a vivir.
Yo no sabía de amores tranquilos,
de postres sin culpa, ni abrazos sin filo.
Llegaste vos… sin receta, sin medida,
y entendí que el amor también alimenta la vida.
de postres sin culpa, ni abrazos sin filo.
Llegaste vos… sin receta, sin medida,
y entendí que el amor también alimenta la vida.
Sos el bocado que no empalaga,
la cucharadita que el alma halaga.
Nada artificial, todo sincero,
sos ese dulce… que siempre espero.
la cucharadita que el alma halaga.
Nada artificial, todo sincero,
sos ese dulce… que siempre espero.
Me comiste entero, sin anestesia,
hasta el fondo, con tu nobleza.
Pero no dolió… fue medicina,
una mezcla loca de azúcar y rutina.
hasta el fondo, con tu nobleza.
Pero no dolió… fue medicina,
una mezcla loca de azúcar y rutina.
Aprendí que querer no es devorar,
es compartir, reír, saborear.
Que no se trata de consumir al otro,
sino de quedarse… aunque el plato esté roto.
es compartir, reír, saborear.
Que no se trata de consumir al otro,
sino de quedarse… aunque el plato esté roto.
Así que si me ves callado y feliz,
es porque probé tu amor… y no me arrepentí.
No sos mi adicción, sos mi elección,
una cucharada de paz… en esta canción.
es porque probé tu amor… y no me arrepentí.
No sos mi adicción, sos mi elección,
una cucharada de paz… en esta canción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!