Déjate arrastrar al infierno conmigo.
No te ofrezco cielo, ni plegarias limpias,
te invito a lo crudo, a lo que no se finge.
Porque amar no siempre es suave ni tibio…
a veces quema, muerde, y es necesario el delirio.
te invito a lo crudo, a lo que no se finge.
Porque amar no siempre es suave ni tibio…
a veces quema, muerde, y es necesario el delirio.
No vengo con flores, ni frases de libro,
te traigo un deseo sin filtro ni abrigo.
Un infierno a medida, sin culpa ni reglas,
donde el cuerpo se rinde… y la piel se entrega.
te traigo un deseo sin filtro ni abrigo.
Un infierno a medida, sin culpa ni reglas,
donde el cuerpo se rinde… y la piel se entrega.
A veces, pecar es vivir sin permiso,
probar lo prohibido sin juicio ni hechizo.
Y en ese temblor que escapa del grito,
hay verdades que el alma no admite en lo escrito.
probar lo prohibido sin juicio ni hechizo.
Y en ese temblor que escapa del grito,
hay verdades que el alma no admite en lo escrito.
Porque el sexo también puede ser medicina,
si lo hacés con verdad, sin pose vacía.
Y si después del fuego hay abrazo sincero,
no fue un infierno… fue un cielo sin miedo.
si lo hacés con verdad, sin pose vacía.
Y si después del fuego hay abrazo sincero,
no fue un infierno… fue un cielo sin miedo.
Así que sí…
déjate arrastrar a este abismo bendito,
que si el deseo es mutuo, no hay pecado maldito.
Solo dos cuerpos, sin máscaras ni testigo,
aprendiendo que el infierno…
a veces se siente vivo.
déjate arrastrar a este abismo bendito,
que si el deseo es mutuo, no hay pecado maldito.
Solo dos cuerpos, sin máscaras ni testigo,
aprendiendo que el infierno…
a veces se siente vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!