Crónicas de un error bien gozado.

No me cuenten cuentos con finales felices,
prefiero los míos, llenos de cicatrices.
Porque hasta las cagadas, si las hacés con el alma,
te enseñan más que mil años de calma.

Tomé vino con gente que ya no está,
me metí en camas que no me daban paz.
Pero ¿sabés qué?. 

No me arrepiento ni un poco,
porque de cada “ay, no debí” salí más loco… y más sabio.

Cada decisión mal tomada fue un maestro oculto,
un GPS del alma, aunque me diera un tumulto.
No hay camino perfecto, ni ruta derecha,
solo pasos que arden… y verdades que despechan.

Fui fan de lo torcido, de lo intenso, lo abrupto,
del beso prohibido, del amor corrupto.
Pero también aprendí que si vas a caer,
caé con estilo, y con ganas de aprender.

Porque si la vida fuera solo aciertos,
sería aburrida, como un domingo sin la familia.
Yo prefiero errar, gozar, romper y reír,
que vivir tan prolijo…
que me olvide de sentir.

XUS