Sonrisita ninja (fc).

Sonrisita ninja.

No hace ruido, no se impone,
no se grita, ni se expone.
Aparece bajito, como quien no quiere,
pero cuando la ves… te sostiene.

Es esa sonrisita que aparece en la pena,
cuando todo es gris… y se cuela la escena.
No es carcajada, no es euforia de fiesta,
es un rayito de sol que la sombra no arresta.

Sonrisita ninja, escapa del llanto,
entra sin permiso y se queda un rato.
La lleva el que sufre, el que no se rinde,
el que cae diez veces… pero igual sonríe.

No es para el selfie ni para el aplauso,
es una trinchera que te salva del caos.
Es silencio con forma de gesto sincero,
es decir “estoy bien” aunque duela por dentro.

El mundo no ve lo que cuesta esa curva,
ni cuánta batalla esa cara disfraza.
Pero vos que sabés, que sentís la piel,
entendés que esa risa…
es todo un cartel.

Porque a veces un “hola” con sonrisa bajita
te puede salvar del borde, de la caída.
Y el que la regala, sin esperar nada,
es un ninja del alma, sin capa ni espada.

En esta selva de gestos vacíos,
una sonrisa real vale más que un millón.
Y aunque pase invisible, aunque nadie la nombre,
te devuelve a vos, te devuelve al hombre.

La sonrisita ninja no busca brillar,
pero ilumina.
No grita, pero dice más que mil discursos.

Y si alguna vez no sabés qué hacer…

sonreí.
A veces, eso es lo que más cura.

XUS