Antojo de escuchar tu respiración agitada en mi oído.
Antojo de vos…
de tu piel hablándome sin hablar,
de tus silencios que saben besar
y de ese temblor que no se puede actuar.
de tu piel hablándome sin hablar,
de tus silencios que saben besar
y de ese temblor que no se puede actuar.
Tu respiración…
es música entrecortada,
es deseo que no se disfraza,
es la voz del cuerpo que grita en calma.
es música entrecortada,
es deseo que no se disfraza,
es la voz del cuerpo que grita en calma.
Y no es solo sexo, no,
es algo que va más allá del sudor.
Es tocar el alma sin usar las manos,
es quedarnos sin palabras… y ser humanos.
es algo que va más allá del sudor.
Es tocar el alma sin usar las manos,
es quedarnos sin palabras… y ser humanos.
Porque ahí, en ese instante sincero,
cuando el mundo se borra y solo sos vos entero,
yo entiendo que amar es también escuchar,
lo que el cuerpo dice… cuando deja de pensar.
cuando el mundo se borra y solo sos vos entero,
yo entiendo que amar es también escuchar,
lo que el cuerpo dice… cuando deja de pensar.
No es vulgar querer tu gemido sentido,
es querer saber que estoy vivo… en tu oído.
Y en ese antojo se esconde la vida:
buscar conexión, no solo saliva.
es querer saber que estoy vivo… en tu oído.
Y en ese antojo se esconde la vida:
buscar conexión, no solo saliva.
El amor real
no se grita,
se respira...
muy cerquita.
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