Sol.
Argentina, tierra de vino y coraje,
de tango que llora y aguante salvaje.
Oíd, mortales, que no es solo un canto,
es la voz del barrio… y el alma en el llanto.
de tango que llora y aguante salvaje.
Oíd, mortales, que no es solo un canto,
es la voz del barrio… y el alma en el llanto.
Tenemos heridas, hambre y poesía,
pero nunca se apaga nuestra rebeldía.
Del barro nacemos, del fútbol vivimos,
de mate y leyendas que nunca morimos.
pero nunca se apaga nuestra rebeldía.
Del barro nacemos, del fútbol vivimos,
de mate y leyendas que nunca morimos.
El grito sagrado no está en la bandera,
está en la abuela que lucha y espera.
En el pibe que sueña con ser Maradona,
aunque el mundo lo ignore y la vida abandona.
está en la abuela que lucha y espera.
En el pibe que sueña con ser Maradona,
aunque el mundo lo ignore y la vida abandona.
Es la mano tendida sin preguntar nada,
el pan compartido aunque falte en casa.
Argentina vibra, no se arrodilla,
llora de noche… pero en la mañana brilla.
el pan compartido aunque falte en casa.
Argentina vibra, no se arrodilla,
llora de noche… pero en la mañana brilla.
Argentina, gritá aunque duela,
que el alma no se vende, ni aunque la vida duela.
Somos caos y amor, somos arte en la herida,
somos pueblo que canta, aunque sangren las cuerdas de la vida.
que el alma no se vende, ni aunque la vida duela.
Somos caos y amor, somos arte en la herida,
somos pueblo que canta, aunque sangren las cuerdas de la vida.
No es fácil amar este suelo quebrado,
pero hay belleza en todo lo que ha luchado.
Y si alguna vez nos quitan la esperanza,
que el grito sagrado… sea nuestra venganza.
pero hay belleza en todo lo que ha luchado.
Y si alguna vez nos quitan la esperanza,
que el grito sagrado… sea nuestra venganza.
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