Kawaii shock.
Caminaba con el alma medio rota,
sin flor en la mano, ni amor en la nota.
Y de pronto... bam, la ternura explotó,
una risa chiquita, y mi mundo tembló.
sin flor en la mano, ni amor en la nota.
Y de pronto... bam, la ternura explotó,
una risa chiquita, y mi mundo tembló.
Ojos grandes como el cielo en domingo,
me miraron sin juicio, sin pedir nada a cambio.
Kawaii shock, lo sentí sin aviso,
como si el dolor se volviera sonrisa.
me miraron sin juicio, sin pedir nada a cambio.
Kawaii shock, lo sentí sin aviso,
como si el dolor se volviera sonrisa.
No fue un disfraz ni un simple diseño,
era un alma suave, de papel y de sueño.
Con stickers en el pecho y luz en la mirada,
me abrazó la vida... disfrazada de hada.
era un alma suave, de papel y de sueño.
Con stickers en el pecho y luz en la mirada,
me abrazó la vida... disfrazada de hada.
Aprendí que lo tierno también es real,
que no todo lo fuerte es lo que se ve mal.
Que en un gesto dulce hay una revolución,
que en un “nyaa~” puede entrar el corazón.
que no todo lo fuerte es lo que se ve mal.
Que en un gesto dulce hay una revolución,
que en un “nyaa~” puede entrar el corazón.
¿Y sabés qué? Desde ese momento entendí:
que hay que cuidar al que brilla así.
Porque el mundo necesita más de ese shock,
de gente que abrace… y no te dé knock.
que hay que cuidar al que brilla así.
Porque el mundo necesita más de ese shock,
de gente que abrace… y no te dé knock.
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