Un dragón encendido.

Del papel se levanta un dragón encendido,
sus alas son letras, su fuego es sonido.
Me habla despacio, con ritmo sereno,
que el arte libera, que el miedo es veneno.

Cada trazo es un vuelo, cada verso, un rugido,
la vida es un libro que aún no está escrito.
Si caes en la pena, levantá la mirada,
que un dragón de tinta convierte en espada.

No temas al mundo, ni al juicio ajeno,
la voz verdadera no conoce freno.
“La vida se escribe con tinta de miel”.

Y aprendo que el arte no pide permiso,
es camino, refugio, milagro y abismo.
Dragón de tinta, guardián del corazón,
me recuerda que amar siempre es la canción.

XUS