Ecos de tinta.

Golpeo las teclas, suenan ecos de tinta,
cada nota que nace mi memoria la pinta.
En un piano de sombras escribí mi pasado,
fui niño perdido, fui hombre quebrado.

Las teclas me hablan como en un sueño,
la música es un mapa, y el error, mi diseño.
Aprendí en la caída que el dolor se recicla,
que una lágrima escrita se convierte en semilla.

Ecos de tinta, la vida en papel,
del alma que no pide cartel.
Crecí entre silencios, cicatrices y abrazos,
y entendí que ser frágil también da pasos.

Hoy las teclas responden al pulso del corazón,
y mi historia se mezcla con cada canción.
Lo simple es eterno: escribir, sentir, latir,
un eco de tinta que no deja de existir.

XUS