Exceso de facha.
Tengo exceso de facha —me dicen al paso—
pero lo que brilla no siempre es el caso.
La pinta deslumbra, la pose convence,
pero el alma… el alma es lo que te defiende.
pero lo que brilla no siempre es el caso.
La pinta deslumbra, la pose convence,
pero el alma… el alma es lo que te defiende.
Puedo tener flow, campera y postura,
pero si no hay verdad, eso no dura.
Porque la facha sin fondo es solo disfraz,
y el corazón vacío no aguanta jamás.
pero si no hay verdad, eso no dura.
Porque la facha sin fondo es solo disfraz,
y el corazón vacío no aguanta jamás.
No es el corte, ni el outfit, ni el gesto en la foto,
es lo que das cuando nadie te ve roto.
La humildad bien plantada es lo que enamora,
no el espejo que sube y baja cada hora.
es lo que das cuando nadie te ve roto.
La humildad bien plantada es lo que enamora,
no el espejo que sube y baja cada hora.
Así que sí, tengo facha, pero también conciencia,
sé que el verdadero brillo está en la esencia.
Y si alguna vez te mirás con duda y rabia,
recordá: el alma es lo único que nunca cambia.
sé que el verdadero brillo está en la esencia.
Y si alguna vez te mirás con duda y rabia,
recordá: el alma es lo único que nunca cambia.
La verdadera facha no se lleva puesta…
se irradia desde adentro.
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