Amor, eres el secreto que mis ojos no aprendieron a guardar.
Te juro que lo intenté…
guardarte, doblarte, cerrarte con llave,
pero en cada parpadeo salías a saludarme.
Mis ojos, traidores, te nombran sin hablar,
y cada vez que me miran… se les nota amar.
guardarte, doblarte, cerrarte con llave,
pero en cada parpadeo salías a saludarme.
Mis ojos, traidores, te nombran sin hablar,
y cada vez que me miran… se les nota amar.
No sos pasado, sos marca.
No sos sombra, sos llama que no se apaga.
Y aunque ya no estés —o no estés como antes—
te llevo en la mirada, como llevan las olas el instante.
No sos sombra, sos llama que no se apaga.
Y aunque ya no estés —o no estés como antes—
te llevo en la mirada, como llevan las olas el instante.
Porque fuiste todo y seguís siendo un eco,
un susurro que me atraviesa el hueco.
Quise esconderte, quise mentirme,
pero el alma no negocia cuando algo la define.
un susurro que me atraviesa el hueco.
Quise esconderte, quise mentirme,
pero el alma no negocia cuando algo la define.
Y entonces entendí:
no se trata de callarte, sino de asumir.
Que hay amores que no se gritan,
pero que arden con solo existir.
no se trata de callarte, sino de asumir.
Que hay amores que no se gritan,
pero que arden con solo existir.
El amor que sobrevive al silencio
es el que nunca se olvida.
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