Sexo; después existo.
En el roce empieza el fuego, y en el fuego nace el yo,
no soy piel por accidente, soy deseo con razón.
Te busco sin palabras, sin contratos ni papeles,
con el pulso que no miente y los besos que son fieles.
no soy piel por accidente, soy deseo con razón.
Te busco sin palabras, sin contratos ni papeles,
con el pulso que no miente y los besos que son fieles.
No es vulgar si es sincero,
no es sucio si es entero.
Es mi alma que respira
cuando tu cuerpo es sendero.
Sexo no es solo un acto, es un grito de sentido,
es mirarte sin juicios, es sentir que estoy vivo.
Es arte sin museo, es silencio que me grita,
es tocarte y entenderme, es cruzar toda mi vida.
No es conquista ni es guerra,
no es poder ni es condena.
Es fundirnos sin miedo
cuando el alma lo ordena.
Y después, sí… existo. Más humano, más real,
como si el mundo dijera: “ahora sí, estás total”.
Porque en tus ojos se ancla
mi versión más verdadera,
la que ama con el cuerpo
y florece primavera.
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