El eco carmesí.
En la tarde dormida,
una voz sin dueño me rozó la herida.
No gritó, no pidió, no dolió…
solo tembló,
como un recuerdo que aún no se fue.
No gritó, no pidió, no dolió…
solo tembló,
como un recuerdo que aún no se fue.
Era un eco.
No cualquiera.
Uno pintado de rojo:
carmesí de alma sincera.
No cualquiera.
Uno pintado de rojo:
carmesí de alma sincera.
A veces la vida no grita, susurra,
y en el murmullo… te muestra la altura.
No todo lo fuerte es ruidoso, lo juro,
a veces lo valiente se esconde en lo oscuro.
y en el murmullo… te muestra la altura.
No todo lo fuerte es ruidoso, lo juro,
a veces lo valiente se esconde en lo oscuro.
Ese eco era mío.
Era tuyo.
Era de todos los que sienten sin ruido.
De quienes aman sin ser vistos,
y resisten,
con el corazón limpio… pero revuelto.
Era tuyo.
Era de todos los que sienten sin ruido.
De quienes aman sin ser vistos,
y resisten,
con el corazón limpio… pero revuelto.
El eco carmesí no busca entenderse,
quiere sentirse.
Quiere que lo mires sin juzgar,
y que aprendas que amar… también es soltar.
quiere sentirse.
Quiere que lo mires sin juzgar,
y que aprendas que amar… también es soltar.
No todo lo que arde es fuego,
no todo lo que calla es miedo.
A veces el amor verdadero,
no hace ruido… pero deja eco.
no todo lo que calla es miedo.
A veces el amor verdadero,
no hace ruido… pero deja eco.
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