Eco de amor.
En la grieta del alba, tu nombre resuena,
como eco de amor que al alma envenena,
no pide permiso, no teme condena,
sólo canta bajito en mi pena.
como eco de amor que al alma envenena,
no pide permiso, no teme condena,
sólo canta bajito en mi pena.
Es un susurro que viaja en la brisa,
una lágrima tibia que lenta aterriza,
no grita promesas, no firma papeles,
se esconde en miradas, se esparce en laureles.
una lágrima tibia que lenta aterriza,
no grita promesas, no firma papeles,
se esconde en miradas, se esparce en laureles.
Amar no es atarse ni ser prisionero,
es ser dos libres que buscan sincero,
es ser eco que vuelve, sin miedo, ligero,
a llenar de ternura este mundo viajero.
es ser dos libres que buscan sincero,
es ser eco que vuelve, sin miedo, ligero,
a llenar de ternura este mundo viajero.
Y si algún día el silencio te asusta,
escucha el eco, que siempre te busca,
porque amar, niña, no es sólo un intento,
es dejar que el alma retumbe en el viento.
escucha el eco, que siempre te busca,
porque amar, niña, no es sólo un intento,
es dejar que el alma retumbe en el viento.
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