Brindis nocturno.
Brindo por lo que fui, por lo que nunca entendí,
por los errores que duelen y aún así me construí.
Por los besos que volaron, por lo que ya no está,
y por cada lágrima que me enseñó a mirar.
Por los besos que volaron, por lo que ya no está,
y por cada lágrima que me enseñó a mirar.
Levanto la copa al viento, con vino y con verso,
a las almas que partieron dejando su universo.
Por el que ríe solo, por la que ya no espera,
por el amor que se fue y la lección verdadera.
a las almas que partieron dejando su universo.
Por el que ríe solo, por la que ya no espera,
por el amor que se fue y la lección verdadera.
Brindis nocturno, corazón abierto,
la vida no es justa, pero tiene su concierto.
Entre penas y brindis, uno va aprendiendo,
que el dolor es maestro… si lo vas entendiendo.
la vida no es justa, pero tiene su concierto.
Entre penas y brindis, uno va aprendiendo,
que el dolor es maestro… si lo vas entendiendo.
Brindo por los silencios que me hablaron claro,
por el “no puedo más” que me volvió más raro.
Por cada amigo que estuvo cuando todo se cayó,
y por el fuego interno que jamás se apagó.
por el “no puedo más” que me volvió más raro.
Por cada amigo que estuvo cuando todo se cayó,
y por el fuego interno que jamás se apagó.
Brindo por la duda, por el salto al abismo,
por el que cree en sí mismo y sale del mismo.
Por los que fallan, por los que tropiezan,
pero igual se levantan aunque nadie los vea.
por el que cree en sí mismo y sale del mismo.
Por los que fallan, por los que tropiezan,
pero igual se levantan aunque nadie los vea.
Y en esta noche quieta, con estrellas tan frías,
el alma se desnuda entre sombras y rimas.
Amar, perder, llorar, reír… todo forma el camino,
y el vino en la copa… es solo el destino.
el alma se desnuda entre sombras y rimas.
Amar, perder, llorar, reír… todo forma el camino,
y el vino en la copa… es solo el destino.
Así que brindo, no por lo perfecto,
sino por lo humano, lo roto, lo honesto.
Porque la vida no avisa, no tiene guión,
y cada noche oscura… también tiene canción.
sino por lo humano, lo roto, lo honesto.
Porque la vida no avisa, no tiene guión,
y cada noche oscura… también tiene canción.
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